Toda farmacia que se precie ha atendido en su mostrador a alguien que acude con dudas relativas a su estado de salud, que bien podrían ser una consulta de más de cinco minutos a su médico de cabecera.
A saber, por ejemplo, este verano que ya nos ha dejado: ¿cuántos pacientes han venido con las cariñosas picaduras de mosquitos?, ¿cuántos a por cremas reparadoras de estragos del brillante Lorenzo? (pese a las insistencias de utilizar cremas solares adecuadas a cada tono de piel), ¿cuántos pequeños resfriados del tiempo estival por cambios de temperaturas y los aires acondicionados? Muchos, sin duda, y todos perdidos en un mar de dudas.
¿Es esto una carga para la profesión? ¿O se trata de la profesión en sí misma?
La respuesta que FARMATALENT da a esta disyuntiva, basándonos en nuestra experiencia con titulares y candidatos de infinidad de perfiles, es que la profesión de farmacéutico en oficina de farmacia se caracteriza, precisamente, por la atención al paciente, ese asesoramiento conocido como CONSEJO farmacéutico.
Aquellos farmacéuticos que se orientan al trabajo en oficina de farmacia demuestran una clara vocación de ayuda al paciente, de compartir lo aprendido con ellos para la mejora de su estado de salud o de su calidad de vida, sea cual sea su problemática.
Independientemente del tipo de farmacia de que se trate, tanto si es una farmacia de dispensación de medicamento puro, como si es una farmacia con más orientación a la parafarmacia, (con mezcla de pacientes y “clientes”), nos une y nos caracteriza nuestra atención al público/paciente: la atención primaria.
Los más puritanos dirán que el trato al paciente habitual, que viene a por medicamento día sí día también; no es el mismo que a un cliente pasajero que viene a por una crema solar, por ejemplo… Sin embargo, por poco que pueda parecer, la atención al público en farmacia es entendida -o debiera serlo- con la misma vocación ya mencionada, la del consejo farmacéutico.
¿En qué se caracteriza la atención al público en farmacia?
El consejo farmacéutico que da un profesional a cualquiera que sea su paciente o cliente engloba los conocimientos adquiridos durante la formación, abarca las características particulares de la persona a la que se dirige, tiene en cuenta aquello que será mejor para la salud del interesado y siempre será expresado de manera que pueda ser comprendido y haciéndole partícipe y responsable de la toma de decisión -dentro de las posibilidades- con respecto a qué adquirir si así lo desea.
Por todo esto, en FARMATALENT entendemos que una atención al cliente con carácter comercial siempre debe ser realizada desde el consejo. Tratar al público desde un punto de vista comercial agresivo no funciona habitualmente y mucho menos en una farmacia. Eso es precisamente lo que nos diferencia de centros de venta de parafarmacia, sean grandes, pequeños o se llamen como se llamen. En una farmacia (incluso en su área de venta libre) no se “venden cremas”, sino que se dispensa salud de manera integral.
La atención primaria que un farmacéutico ofrece a sus clientes o pacientes, y la razón por la que en ocasiones priorizan este consejo en el mostrador frente al del médico, reside en las características de la conversación que se mantiene, utilizando preguntas, escucha activa y compartiendo con el paciente los matices de lo que más y mejor le pueda encajar para resolver su problema. Además, se realiza un esfuerzo posterior haciendo un seguimiento del producto dispensado y sus consecuencias, para tratar de afinar más aún ese consejo en la próxima visita de nuestro paciente.
Esta atención ha sido así durante mucho tiempo, y seguirá siéndolo, sea verano, invierno o este maravillo otoño que acaba de entrar.
En las oficinas de farmacia se seguirá atendiendo a todos los pacientes con sus diferentes consultas, siempre con una sonrisa, haciendo de la atención personalizada, profesional y a pie de calle al paciente una magnifica profesión.
-Felices consejos-
